El Cabo
Hubo una vez un líquido imperceptible e ignorado. No olía, no sonaba, era transparente y nunca había sido bebido. Por un accidente fortuito una distraida adolescente derramó un cántaro de vino. Cambió entonces con tal rápidez que adquirio forma, color, movimiento... Todos andaban sorprendidos, murmuraban en voz baja, exigieron explicaciones a los sabios. Un político echó las culpas a otros, un científico gritó eureka e inventó la hidráulica. Un poeta lo llamó agua y desfalleció de melancolía. Un artísta no dijo nada, plantó su caballete y pintó algo irreconocible. Un niño chapoteo un rato y se fue riendo cuando se cansó... Qué es el agua. Qué es la vida, se preguntó un filósofo. Luego afirmo, para mirar el agua hay que verla. Allí quedaron todos mirando, perplejos, pero algo más tranquilos.